Se ha hablado de cómo los
videojuegos influyen en la vida de muchas personas, de cómo pueden afectarlos
o, para que no se lea tan dramático, de cuánto pueden ser influenciables. Y sí,
una verdad innegable es que los videojuegos tienen una carga influenciable
bastante grande. Varios estudios sobre Psicología y demás han demostrado que
nuestra conducta puede verse alterada según lo que juguemos.
A los niños les basta ver televisión
para tomar muy en serio el papel de un personaje que les guste mucho y comportarse
de igual manera, esto no tienen nada de extraño, los niños se forman una
personalidad según tengan contacto con las personas que los rodean y es parte
obviamente de la maduración. Pero en sus casos más extremos han existido individuos
que han confundido o invertido, que sé yo, la realidad con la fantasía de los
videojuegos. Estos casos extremadamente especiales no tienen que ver en su
totalidad con el contenido de un juego en particular sino con diversas condiciones
que recaen en el individuo. Las series de televisión famosas también han sido
el blanco de servir como ejemplos para.
Creo que el satanizar un
videojuego pos su influencia no es un argumento válido para alejar a los usuarios
o videojugadores, el tema no son los videojuegos, sino la madurez mental de los
individuos.
Un ejemplo de cómo cambia la conducta
es el siguiente:
Así que no se dejen llevar como
el Quijote, saber distinguir los límites de la realidad es un trabajo de todos
los días. Aunque no nos guste la realidad, al menos, no deberías de dañar a
terceros con tus fantasías.
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